Extracto TdP Trench Town Rock (16/01/1995)

https://elpais.com/diario/1995/01/16/opinion/790210808_850215.html


" [...] El rasta que nos guía va al mismo tiempo comulgando y comulgan también. una pareja de norteamericanos que se han colado en nuestra camioneta. La visita incluye un recorrido por un extenso campo de plantas sagradas. Como, en teoría, la marihuana está prohibida en Jamaica, pregunto al comulgante si no han tenido problemas con la policía. Se encoge de hombros: "A, veces vienen y las arrancan. ¿Y qué? Crecen de nuevo. ¿No son naturales, acaso?". Lo de la prohibición es una fórmula. Unos días antes, en un reggae bashi oconcierto al aire libre, en Ocho Ríos, la ganja se vendía, en fibras o liada en spliffs, a la vista de todo el mundo, y los vendedores la voceaban como las gaseosas y las cervezas. Y no creo haber estado en un lugar público en Jamaica sin que me la ofrecieran o sin haber visto a alguien y no sólo a los rastas- fumándola [...] No hay que ser religioso para darse cuenta de que sin las religiones la vida sería infinitamente más pobre y miserable para los pobres y los miserables, y también que los pueblos tienen las religiones que les hacen falta. Yo abominé de los pintorescos sincretismos teológicos de los rastas, de sus comuniones marihuanas, de las horrendas recetas de su dietario y de sus pelambres inextricables cuando descubrí que un hijo mío y un grupo de amigos suyos del colegio se habían vuelto catecúmenos de semejante fe. Pero lo que en ellos era sin duda pasajera moda, versátil voluptuosidad de jóvenes privilegiados, en los luctuosos callejones de Trench Town o en la pobreza y el abandono de las aldeas de la parroquia de St. Ann me ha parecido una conmovedora apuesta por la vida del espíritu, en contra de la desintegración moral y la injusticia humana. Pido perdón a los rastas por lo que pensé y escribí de ellos y, junto a mi admiración por su música, proclamo mi respeto por las ideas y creencias de Bob Marley.