Extracto TdP Los estragos de Onán (18/12/1994) (https://elpais.com/diario/1994/12/18/opinion/787705207_850215.html)


Pero no pierdo las esperanzas de que, ahora que el comunismo dejó de ser el antagonista principal de la cultura democrática y que lo han sustituido en este papel el nacionalismo y los integrismos religiosos, poco a poco se vaya restableciendo, como consecuencia del nuevo ordenamiento de fuerzas, el verdadero rostro del liberalismo, como una propuesta indivisible de libertad política y libertad económica, que a la vez que defiende a los ciudadanos particulares contra los abusos e intromisiones del 'monstruo frío' del Estado, batalla incansablemente por los derechos de cada cual a elegir su destino y practicar sus ideas y costumbres con la máxima laxitud y la única limitación de no atropellar en el ejercicio de este derecho el de los otros.

Mi optimismo se debe, tal vez, a que acabo de pasar una semana en el Brasil, donde el triunfo electoral de Fernando Henrique Cardoso me parece representar exactamente ese espíritu progresista y profundamente justiciero del liberalismo clásico, que por su reducción a lo meramente económico ha terminado por estragarse en Estados Unidos y en muchos países europeos. No sé si al nuevo Presidente de Brasil el calificativo de liberal le haga gracia; pero conversando con él, escuchándolo y leyéndolo y oyendo lo que de él decían sus partidarios y adversarios, he pensado con entusiasmo, cada vez, lo mismo que ante cada uno de los exabruptos de la defenestrada doctora Joycelyn Elders: "No hay la menor duda, es uno de los nuestros".