Extracto TdP El cuento de nunca acabar (26/11/2000)

https://elpais.com/diario/2000/11/26/opinion/975193209_850215.html


"Turín es famosa por los automóviles FIAT, por su museo de antigüedades egipcias, porque en una de sus calles, un día de 1881, Friedrich Nietzsche dio aquel abrazo al caballo con el que se despidió de la razón, porque en un modesto cuartito del Hotel Roma, vecino a la estación, una noche de 1951 se suicidó Cesare Pavese, y por muchas otras cosas más. A ellas se sumará pronto, tal vez, gracias al entusiasmo contagioso de uno de sus ilustres hijos, el escritor Alessandro Baricco, la de estarse convirtiendo en la capital europea de la narrativa, o poco menos. Nacido en 1958, Baricco es uno de los más conocidos escritores contemporáneos, autor de magníficas novelas, entre ellas la misteriosa, lacónica y perfecta Seda, de ensayos y textos teatrales, y de estudios musicales, uno de ellos consagrado a la obra de Rossini. Pero es, también, una especie de agitador y misionero cultural, un cruzado del cuento, que dedica parte de su vida no sólo a crear historias y personajes de ficción, sino también escritores y lectores de buena literatura, con múltiples iniciativas que, por lo que acabo de ver y oír en un viaje reciente por su tierra turinesa, han dado ya óptimos frutos. Una de ellas es la Scuola Holden, llamada así en homenaje a Holden Caulfield, el héroe de The catcher in the rye, de Salinger, que funciona a pocos metros de las orillas del Po, en una casa finesecular y modernista de una calle apropiadamente llamada Dante. En ella se enseñan las técnicas de la narrativa, en todas sus expresiones: los libros, el cine, el teatro, la televisión [...]


¿Utopías? ¿Sueños de novelista? Tal vez lo sean. Pero, la verdad, Alessandro Baricco nos está dando un admirable ejemplo a todos los escritores y lectores que, de un tiempo a esta parte, nos dedicamos a gemir premonitoriamente como unas magdalenas por la bancarrota de la literatura creativa, debido a la tiranía creciente de la televisión, a la basura manufacturada que es la literatura de gran consumo, a las grandes superficies de venta que están aniquilando a las queridas librerías de antaño, y a predecir una inminente humanidad sin lectores sensibles. A Baricco deben de asaltarle los mismos temores que a nosotros sobre el futuro de la literatura, sin duda. Pero, en vez de adoptar la cómoda postura del victimismo, o jugar a ser Casandra, se ha puesto a actuar, a pelear, como un verdadero titán, en defensa de aquello que ama y que constituye su vida. Su filosofía es muy simple. Si la literatura es importante, y merece ser salvada, pues ¡a salvarla! ¿Cómo? Escribiendo buenos libros, ante todo, claro está. Pero, como estos libros no llegan normalmente a un vasto público, amañándose de míl maneras para fabricar buenos lectores, y, además, si es posible, también buenos escritores, que mantengan viva la exigencia y la ambición de la calidad literaria en las nuevas hornadas. ¿Es posible eso? Sí, lo es. Invirtiendo en ello un poco de la imaginación y el empeño, que son requisitos obligatorios de un novelista, se pueden hacer milagros en favor de la literatura. ¿No me creen? Amigos: vayan a Turín, véanlo y asómbrense.